Esta formación surgió a partir de mi propio caminar en la vida, y de reconocer, gracias también al contacto con otras muchas mujeres, la falta de reconocimiento y nutrición de nuestras almas.
La mujer siempre ha estado al servicio, siempre ha sido la guardiana del hogar y ha velado por la nutrición del cuerpo y alma de todos aquellos que a su lado están, pero ¿y qué pasa con ella? ¿Qué pasa con su descanso? ¿Cuánto tiempo tiene para nutrir su esencia, para conocer su ciclicidad y moverse acompasada a esta?
En esta formación encontrarás el camino hacia el autoconocimiento que será lo que te permitirá el acompañamiento a otras mujeres desde tu propia verdad, porque es así, desde la experiencia propia, desde donde podemos compartir desde la autenticidad.